El 1º Cuerpo de la Guardia Nacional de Ucrania, la antigua Brigada Azov, ha sido desplegado en Dobropilia, Donetsk, en respuesta a un intento ruso de romper la línea defensiva clave para la resistencia ucraniana. Desde el 7 de agosto, unidades de Azov fueron trasladadas de emergencia a esta zona debido a avances rusos significativos, confirmados por el presidente Volodímir Zelenski. En un movimiento que aparenta estar sincronizado con la cumbre entre Donald Trump y Vladímir Putin, las fuerzas rusas han logrado adentrarse hasta 10 kilómetros dentro del territorio ucraniano, presionando políticamente a Ucrania. Zelenski alerta sobre el traslado de 15,000 soldados rusos adicionales hacia la ofensiva de Pokrovsk, en un esfuerzo por debilitarlos antes de la reunión internacional.
La situación en Dobropilia sigue siendo crítica pero aún controlada por las fuerzas ucranianas, según el Instituto para el Estudio de la Guerra. La presencia de tropas rusas ha sido relativizada por las autoridades ucranianas, quienes aseguran haber eliminado la mayoría de los infiltrados. Pese a estos avances rusos, sus tropas enfrentan una resistencia organizada, respaldada por la estrategia de evitar el combate directo y depender de drones ucranianos. Sin embargo, la ofensiva ha impactado las líneas logísticas ucranianas, centradas en Dobropilia para cortar conexiones vitales. Los analistas internacionales advierten que la estrategia rusa podría continuar replicándose, lo que representa un desafío continuo para Ucrania en su línea de defensa.
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