En México, el fenómeno del phishing ha afectado a más de 13 millones de personas en los últimos siete años, según un informe de The Competitive Intelligence Unit. Este tipo de ciberdelito implica hacerse pasar por entidades confiables, como bancos o empresas de paquetería, para obtener información sensible de las víctimas. En 2024, se registraron seis millones de fraudes cibernéticos en el país, provocando pérdidas económicas superiores a los 20,000 millones de pesos. La creciente sofisticación de estos ataques y su capacidad de escalar, subraya la urgencia de abordar este problema, destacando que el 34% de los internautas ha recibido mensajes sospechosos solicitando datos personales.
El impacto del phishing no se limita a individuos; las pequeñas y medianas empresas también son blanco frecuente. Datos de Kaspersky revelan que en Latinoamérica, 4 de cada 10 PyMEs han enfrentado intentos de phishing, con México ocupando el segundo lugar en la región en cuanto a detecciones y bloqueos de tales ataques. A pesar de la amenaza latente, solo el 18,6% de la población mexicana utiliza algún tipo de software de protección, y menos de la mitad evita abrir enlaces sospechosos. Esta situación expone tanto a ciudadanos como a empresas a un riesgo constante, subrayando la necesidad de una mayor concienciación y medidas preventivas para protegerse contra estas estafas digitales.
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