La Cámara Baja del Parlamento de Alemania, conocida como el Bundestag, ha aprobado un conjunto de medidas de seguridad diseñado por el Gobierno en respuesta a una serie de atentados islamistas recientes, incluido un ataque mortal perpetrado por un solicitante de asilo sirio en Solingen. Entre las medidas, se destaca la reducción de ayudas para solicitantes de asilo que también hayan solicitado refugio en otros países de la Unión Europea, con excepciones garantizadas en casos que involucren a menores. El ataque en Solingen, que resultó en la muerte de tres personas, ha recalentado el debate sobre las políticas de inmigración alemanas, especialmente en cuanto al cumplimiento de las órdenes de expulsión, ya que el agresor había eludido previamente una orden para ser deportado a Bulgaria. El Gobierno busca con estas acciones controlar y mitigar riesgos de seguridad mientras enfrenta desafíos legales y éticos asociados con la gestión de la inmigración.
Además de limitar las ayudas a ciertos solicitantes de asilo, el paquete incluye la prohibición general del uso de armas blancas en eventos públicos. Sin embargo, se desestimó una propuesta para permitir el acceso policial a datos biométricos en línea en investigaciones graves, incluyendo casos de terrorismo, lo que generó críticas por parte de la ministra del Interior, Nancy Faeser. Faeser ha elogiado las iniciativas ratificadas, enfatizando la importancia de las restricciones a las armas blancas, pero también expresó su frustración por la negativa de ampliar las facultades policiales, calificando el bloqueo de estas medidas como «incomprensible e irresponsable.» La normativa aprobada también faculta a las autoridades a denegar el asilo a individuos que han cometido delitos motivados por antisemitismo, racismo, xenofobia o discriminación por género y orientación sexual, reforzando un enfoque más estricto en las políticas de seguridad e inmigración del país.
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