Alemania destinará 3.000 millones de euros a la reparación de infraestructuras, como calles y puentes, provenientes de una partida presupuestaria originalmente asignada por el anterior Gobierno de Olaf Scholz para darle un impulso a la industria de semiconductores. Este plan, que suma un total de 15.000 millones, busca reducir la dependencia del país de proveedores en Asia. Sin embargo, su implementación ha enfrentado desafíos significativos, como la reciente cancelación de una planta que Intel iba a construir en Magdeburgo, una inversión de 30.000 millones de euros que habría contribuido a la revitalización del sector.
A pesar de la aprobación de subsidios por 2.000 millones de euros, la distribución de estos fondos aún está pendiente, aunque un número superior al anticipado de empresas ha mostrado interés en acceder a las ayudas. De acuerdo con información de Bloomberg, Infineon ha declarado que los proyectos que ya han recibido apoyo o que están en proceso de solicitud no se verán afectados por esta nueva reasignación presupuestaria. La situación revela la complejidad del panorama europeo y su esfuerzo por aumentar su producción de chips, que en 2024 se situó en solo el 8,1% del total mundial, un porcentaje que la Ley de Chips de la UE pretende elevar al 20% para 2030.
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