El partido ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD) seguirá enfrentándose a un aislamiento político a nivel nacional, a pesar del respaldo que ha recibido recientemente por parte de algunos sectores dentro del Gobierno de Estados Unidos. Este apoyo externo no ha logrado cambiar la percepción negativa que prevalece sobre AfD en el escenario político alemán, donde las principales formaciones continúan rechazando cualquier tipo de colaboración con el partido. La exclusión se debe en gran parte a las posturas extremas de AfD, que han sido objeto de duras críticas dentro y fuera del país.
A pesar de este aislamiento, AfD ha logrado consolidar su presencia en el Parlamento, aumentando su número de escaños y, por ende, su capacidad de influencia en el debate legislativo. Este avance electoral sugiere un respaldo creciente entre ciertos sectores de la población alemana, preocupando a los partidos tradicionales que temen un cambio en la dinámica política del país. Los analistas advierten que, aunque el partido pueda tener mayor influencia legislativa, su exclusión de coaliciones clave limita su poder efectivo para implementar cambios significativos en las políticas nacionales.
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