Alegna González, marchista mexicana de 25 años, ha logrado destacar en una disciplina poco tradicional en su región natal, Chihuahua. Con una sonrisa que contrasta con el agotamiento de una carrera que exige no despegar ambos pies del suelo ni doblar las rodillas, González ha alcanzado el podio mundial al obtener la medalla de plata en un reciente campeonato, convirtiéndose en la segunda mexicana en lograr tal hazaña, después de Lupita González. Alegna, cabo de la Armada de México, defiende con orgullo las credenciales de su región en el ámbito deportivo, superando lo logrado por figuras anteriores y resaltando su perseverancia en torneos como los Mundiales y los Juegos Olímpicos.
A pesar de su satisfacción con la medalla de plata, González ambicionaba el oro desde el inicio de la competencia, impulsada por un intenso entrenamiento bajo la guía de su entrenador, Ignacio Zamudio, en la Ciudad de México. A pesar de las adversidades, como la contaminación y el tráfico de la capital, ella ve en estas circunstancias una motivación adicional. Confiesa su preferencia por las distancias cortas, donde aprovecha su velocidad natural, pero su compromiso con la marcha de 20 kilómetros es firme, evidenciado en su preparación rigurosa y constante. Con el respaldo del cuerpo militar, González no solo lleva en alto su carrera deportiva, sino que además encuentra en su estructura una fuente de apoyo económico y motivacional.
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