En un esfuerzo por reforzar la seguridad energética y fomentar la inversión en tecnologías sostenibles, el Ministerio para la Transición Ecológica (MITECO) de España ha lanzado una consulta pública para la creación de un nuevo mercado de capacidad en el sistema eléctrico peninsular. Este ambicioso proyecto busca atraer inversiones y promover la integración de sistemas de baterías, desempeñando un papel crucial en la transición hacia un modelo energético más flexible y renovable.
El concepto de este mercado de capacidad es proporcionar compensaciones económicas a diversas instalaciones de generación y almacenamiento, así como a consumidores que, en momentos críticos, estén dispuestos a aportar electricidad o disminuir su consumo. Según el diseño propuesto por MITECO, se establecerán tres tipos de subastas: principal, de ajuste anual y transitoria, cada una con diferentes enfoques y duraciones, adaptadas tanto a instalaciones nuevas como ya existentes.
Un elemento central a considerar en estas subastas es el cumplimiento de estrictos criterios medioambientales y de eficiencia. Las instalaciones generadoras deberán limitar sus emisiones de CO2 a un máximo de 550 gramos por kWh, incentivando así las inversiones en tecnologías renovables y de almacenamiento que integren mayor sostenibilidad y bajo impacto ambiental.
Este enfoque busca resolver uno de los principales retos que han enfrentado los proyectos de baterías en España: la incertidumbre en los ingresos. Al establecer un flujo de ingresos más estable y predecible, el nuevo mercado de capacidad promete mejorar la viabilidad financiera de estos proyectos, facilitando el acceso a financiamiento y catalizando tanto iniciativas independientes como aquellas vinculadas a energías renovables.
La estrategia de España sigue la senda de otros países europeos como Francia, el Reino Unido e Italia, que ya han puesto en marcha sus propios mecanismos de capacidad. Estos modelos han demostrado ser efectivos para estabilizar la red eléctrica en contextos donde las energías renovables, por su naturaleza variable, son predominantes.
Con esta medida, España anticipa remover obstáculos significativos para el despliegue de tecnologías de almacenamiento, atrayendo así inversiones esenciales no solo para el crecimiento económico, sino también para alcanzar los compromisos de descarbonización en la transición hacia un futuro energético más sostenible.