En febrero de 2019, el PSOE organizó un mitin en el teatro La Latina de Madrid para impulsar la candidatura de Pepu Hernández a la alcaldía de la capital. A este evento asistieron destacados miembros del partido, incluido el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. En la tercera fila del recinto se encontraba el empresario Víctor de Aldama, actualmente en prisión preventiva por su presunta implicación en casos de corrupción que investigan las autoridades españolas. La cercanía de Aldama al líder del PSOE llama la atención, dado su ahora conocido vínculo con tramas que han puesto bajo escrutinio la relación entre empresarios y políticos. Este acto, que pretendía ser un impulso para la candidatura de Hernández, también pone de manifiesto la interacción entre las élites políticas y empresariales antes de la crisis sanitaria de la pandemia.
El mitin en cuestión fue peculiar no solo por la presencia de personalidades destacadas del PSOE, sino también por el contexto que rodeaba a Hernández, acusado de maniobras fiscales dudosas. A pesar de estas sospechas, Pedro Sánchez respaldó al exseleccionador de baloncesto, quien logró convertirse en candidato del PSOE, aunque con un resultado modesto en las elecciones, donde el partido quedó en cuarta posición. Estos eventos reflejan las complejas dinámicas dentro del partido y su selección de candidatos, además de las polémicas que los rodearon en ese periodo. La situación, junto con el fracaso electoral, dejó entrever las dificultades del PSOE en Madrid y cómo escándalos asociados pueden influir en la percepción pública y resultados políticos.
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