En un duelo que muchos consideraron una especie de homenaje antes de tiempo, el español Carlos Alcaraz se impuso con claridad sobre Novak Djokovic, de 38 años, con un marcador de 6-4, 7-6(4) y 6-2. La semifinal del torneo de Nueva York no solo puso fin al camino de Djokovic en esta edición, sino que también marcó un momento simbólico en su carrera, tal vez sugiriendo un futuro incierto para el tenista serbio. Alcaraz, quien ahora se prepara para enfrentar a Jannik Sinner o Félix Auger-Aliassime en la final, mostró una vez más su formidable forma al no perder ni un solo set durante el torneo y ceder su saque únicamente en dos ocasiones.
Mientras Djokovic reflexionaba sobre su futuro y el cambio generacional, la pista central resonó con sentimientos de nostalgia y admiración hacia el veterano jugador. Conocido por su resiliencia, Djokovic luchó contra un entorno desafiante, pero finalmente no pudo igualar el ritmo del joven murciano. A pesar del calor y la humedad que caracterizaron el día, Alcaraz mantuvo el control, aprovechándose de los fallos y el creciente cansancio de su oponente. En este contexto, el partido se convirtió en un testimonio tanto de la habilidad emergente de Alcaraz como de la batalla incansable de Djokovic por extender su legado en el tenis.
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