Carlos Alcaraz ha resurgido en el torneo de Montecarlo, reclamando su lugar en la élite del tenis tras un periodo de incertidumbre. Sin añadir trofeos de alto calibre a su vitrina desde su victoria en Wimbledon, Alcaraz ha conquistado su primer Masters 1000 en la Costa Azul desde que Rafael Nadal ganara en 2008, lo que le impulsa de nuevo en el ranking y le proporciona un nuevo nivel de confianza. A pesar de un inicio de torneo complicado, su destreza y capacidad de adaptación le llevaron a la victoria. Sin embargo, la final contra Lorenzo Musetti se vio empañada por una lesión muscular del italiano, que se vio obligado a continuar un partido claramente dominado por Alcaraz, quien cerró con un marcador de 3-6, 6-1 y 6-0, lamentando tener que ganar bajo tales circunstancias.
Con su triunfo en Montecarlo, Alcaraz demuestra que está listo para retomar el protagonismo en la temporada de arcilla europea, pese a una serie de errores iniciales que casi amenazaron con desviarlo. Este éxito no solo le devuelve a su mejor forma, sino que le proporciona la motivación necesaria tras un sombrío paso por la gira norteamericana. El murciano mostró su capacidad para levantarse de las adversidades dentro y fuera de la cancha, subrayando su deseo de disfrutar la competencia y seguir ampliando su legado en la historia del tenis. Ahora, Alcaraz se consolida como un nuevo terrícola de renombre, continuando el legado de los míticos campeones de esta superficie, y reafirmando su ambición de continuar a la caza de grandes logros en el circuito.
Leer noticia completa en El Pais.