La temporada de arcilla ha sido un bálsamo para el tenista de El Palmar, quien había comenzado el año con incertidumbres tras resultados menos brillantes de lo esperado. A pesar de su victoria en Rotterdam, las eliminaciones en fases tempranas del Open de Australia, Indian Wells y Miami contrastaron con sus éxitos pasados, especialmente en Indian Wells, donde había sido campeón en las dos ediciones anteriores. Estos desempeños iniciales generaron cierta desilusión entre sus seguidores y él mismo, acostumbrados a un alto nivel de excelencia.
La recuperación en la gira de arcilla ha permitido al tenista reencontrarse con su mejor forma, disipando las dudas que habían surgido tras los torneos de inicio de año. Este resurgir en su rendimiento es crucial, no solo para restablecer su confianza, sino también para consolidar su posición en el circuito de cara a futuros desafíos. La temporada de arcilla ha demostrado ser el terreno fértil donde reconectar con el juego que le llevó a la cima, avivando expectativas para los próximos eventos.
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