En un día marcado por la lluvia, Alcalá de Henares se ha convertido en el escenario de un conmovedor homenaje en memoria de las víctimas del terrorismo, en especial, aquellas del trágico 11M, al cumplirse veintiún años del atentado que conmocionó a toda España. La solemnidad del acto, realizado frente a la estación de tren, fue patente en cada uno de los momentos que integraron la ceremonia, un reflejo del compromiso colectivo en torno al recuerdo y la repulsa hacia el terrorismo.
Presidido por la alcaldesa Judith Piquet, el evento reunió a destacados miembros de la comunidad política local, entre ellos, los portavoces del PP, PSOE, Vox y Más Madrid Alcalá, así como a diversas autoridades académicas y de seguridad. A pesar del gris del cielo, la atmósfera estuvo cargada de emotividad y unidad, con los vecinos de Alcalá remarcando su firme postura contra todo acto de violencia y barbarie.
La lectura de la declaración institucional, a cargo de los alumnos del CEIP Ciudad del Aire, dio inicio a los actos conmemorativos. El sentido homenaje incluyó la colocación de una corona de laurel en el monumento dedicado a las víctimas, un minuto de silencio respetuosamente guardado y la interpretación del himno nacional por el grupo de cámara de la sección juvenil de la Orquesta Ciudad de Alcalá. Detalles que subrayaron la gravedad y el respeto que los presentes profesan a quienes perdieron la vida aquel fatídico 11 de marzo.
Judith Piquet, en su intervención, reafirmó el compromiso de la ciudad con las víctimas y su repudio al terrorismo. “Alcalá está unida en el acompañamiento de su dolor y en la memoria permanente de su pérdida. Hoy volvemos a expresar nuestra condena más firme contra toda forma de terrorismo, de barbarie y de fanatismo asesino”, declaró la alcaldesa, enfatizando un futuro cimentado en la memoria, la justicia y la paz.
Este acto no solo representa un espacio para el luto sino también un firme recordatorio de los ideales de solidaridad y cohesión social imprescindibles para enfrentar las adversidades. La jornada concluyó con una sensación compartida de esperanza en la construcción de una sociedad donde la violencia irracional no tenga cabida.