Alcalá de Henares vivió una jornada cargada de tradición y fervor en honor a sus patronos, los Santos Niños Justo y Pastor, con un programa lleno de actividades que atrajo a miles de personas. La alcaldesa Judith Piquet, junto a varios miembros del gobierno municipal, participó en la procesión que recorrió las emblemáticas calles del Centro Histórico.
El evento, que comenzó tras una misa presidida por el obispo complutense Monseñor Antonio Prieto Lucena en la Catedral Magistral, llevó a los asistentes por un recorrido que incluyó paradas en lugares icónicos como la Plaza de los Santos Niños, la calle Mayor, y la Plaza Cervantes, antes de retornar al punto de partida. Este año, la procesión presentó la novedad de una petalada desde el balcón del Ayuntamiento y la distribución de palmas martiriales entre los participantes.
La festividad no fue solo religiosa, sino que se vivió un ambiente festivo durante toda la jornada gracias a actividades complementarias. La Comparsa de Gigantes y Cabezudos animó las calles y realizó su tradicional parada en el Hospital de Antezana, mientras que un aperitivo gratuito de empanada y limonada congregó a numerosos vecinos en la Plaza de Palacio.
Estas celebraciones forman parte de un programa festivo que se inició oficialmente el pasado sábado con el pregón de la Asociación Complutense de Belenistas, y que a lo largo de los días incluyó una variedad de propuestas culturales y recreativas, desde actividades para los más pequeños hasta conciertos y visitas guiadas.
La jornada del 6 de agosto dejó patente, una vez más, la estrecha relación de los alcalaínos con sus tradiciones, marcando un cierre vibrante para una festividad que resalta la identidad y el patrimonio de Alcalá de Henares.