El enfrentamiento entre el Partido Popular (PP) y el Gobierno español ha trasladado su escenario a Bruselas, donde los populares buscan contrarrestar la presión que el Gobierno ejerce sobre los Estados de la Unión Europea. El objetivo es evitar que estos países apoyen las exigencias de Carles Puigdemont, el líder independentista catalán. El PP acusa al Gobierno de tratar de influir indebidamente en las decisiones europeas en beneficio de sus intereses políticos internos, generando un clima de tensión en el centro de la diplomacia comunitaria.
En este contexto, la estrategia del PP se centra en reforzar sus lazos con responsables europeos para bloquear cualquier avance de Puigdemont, quien sigue buscando apoyos internacionales para su causa. La disputa refleja la creciente polarización política en España, donde el tratamiento de la cuestión catalana sigue siendo un tema divisivo. Las acciones de ambos actores políticos en Bruselas destacan la dimensión internacional que ha adquirido el conflicto, ampliando su impacto más allá de las fronteras españolas.
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