El espectáculo musical, que se extendió casi tres horas, fue una impresionante demostración de energía y talento. El evento estuvo lleno de coreografías elaboradas y un despliegue de luces y humo que mantuvo al público cautivado de principio a fin. La atmósfera electrizante se complementó con un nivel de decibelios que retumbaba en el recinto, elevando la experiencia a un festival auditivo. Aunque se sabía que habría invitados especiales, los nombres de estos artistas fueron una sorpresa hasta el último momento, lo que añadió un elemento de expectativa y emoción adicional al show.
El escenario se convirtió en un desfile continuo de sorpresas, con apariciones de músicos y bailarines que se unieron al intérprete principal, deleitando a los asistentes con colaboraciones vibrantes y únicas. Cada número estaba meticulosamente coreografiado, dejando claro que el espectáculo había sido cuidadosamente planeado hasta el más mínimo detalle. En resumen, fue una noche memorable que cumplió y superó las expectativas de los fanáticos, quienes respondieron con entusiasmo a cada momento del evento.
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