En Finlandia, uno de los países más fríos de Europa, la población ha desarrollado ingeniosas estrategias para afrontar las bajas temperaturas del invierno sin incurrir en costosos gastos de calefacción ni dañar el medio ambiente. Con el aumento de los precios del gas natural, un problema latente que amenaza con disparar el coste de mantener los hogares cálidos, los finlandeses han recurrido a métodos creativos que pueden implementarse de manera sencilla y económica. Uno de estos métodos, que promete efectividad por tan solo dos euros, involucra el uso de plástico de burbujas, material comúnmente utilizado para proteger objetos frágiles durante su transporte.
El procedimiento es simple y accesible para cualquier hogar. Primero, se recortan trozos de plástico de burbujas adaptados al tamaño de las ventanas. Luego, se rocía agua sobre las superficies internas de los cristales, creando una fina capa de humedad. El plástico se coloca con el lado liso contra el vidrio húmedo y las burbujas hacia afuera, generando así una eficaz barrera aislante. Este método no solo bloquea la entrada de aire frío exterior, sino que también mantiene el calor interno, reduciendo la necesidad de calefacción adicional. La adherencia del plástico debe vigilarse durante toda la temporada invernal, repitiendo el procedimiento si es necesario para asegurar su efectividad continua.
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