El FC Barcelona y su presidente, Joan Laporta, se encuentran nuevamente en el ojo del huracán tras el frustrado regreso del base francés Thomas Heurtel al equipo de baloncesto. Después de haber sido apartado en 2020 mientras negociaba con el Real Madrid, Heurtel parecía tener encaminado su fichaje de vuelta al Barça, algo con lo que el entrenador y la dirección deportiva estaban de acuerdo. Sin embargo, la situación tomó un giro inesperado cuando la directiva del club, en busca de la aprobación de los ‘Dracs’, un grupo de animación del Palau Blaugrana, decidió retroceder sobre sus pasos debido a las expectativas y condiciones impuestas por este colectivo.
Los ‘Dracs’ establecieron cuatro exigencias clave que implicaban desde pedir disculpas públicas por incidentes pasados hasta recibir el visto bueno de los actuales jugadores del Barcelona. A pesar de que tanto el entrenador como la dirección deportiva apoyaban el regreso del jugador, Josep Cubells, responsable de la sección de baloncesto, optó por cancelar el fichaje tras evaluar la presión del grupo de aficionados. Heurtel, quien había viajado a la ciudad con su familia, expresó su frustración y afirmó sentirse burlado por el club. El suceso resalta las tensiones internas y las decisiones influenciadas por factores externos que han marcado la gestión de Laporta, quien nuevamente está en el centro de la controversia.
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