

La Asociación Española de Complementos Alimenticios (AFEPADI) ha llamado a la prudencia tras la presentación de un estudio preliminar en un congreso de la American Heart Association. Este informe sugiere una posible vinculación entre el consumo prolongado de melatonina y un incremento en el riesgo cardiovascular, pero AFEPADI subraya que el estudio aún no ha sido revisado por pares ni publicado, y al ser observacional no puede establecer una relación causal con los eventos cardiovasculares observados.
El trabajo, que recoge datos de diferentes países, ha generado inquietud acerca de las dosis de melatonina permitidas para autoconsumo, las cuales presentan variaciones significativas. AFEPADI señala importantes limitaciones metodológicas en la investigación, como su carácter observacional y la ausencia de información precisa sobre las dosis y posibles errores de clasificación de los participantes.
La asociación destaca que todos los sujetos del estudio sufrían insomnio crónico, ya conocido por su relación con un mayor riesgo cardiovascular. Según el Dr. Miguel Florido, experto en medicina familiar y asesor científico de AFEPADI, el problema radica en el insomnio, no en la melatonina, y aboga por un uso responsable del suplemento y una reflexión sobre el impacto del insomnio en la salud cardiovascular.
En el contexto europeo, y especialmente en España, la regulación de la melatonina es diferente a la de Estados Unidos. Aquí, el suplemento se comercializa en dosis menores, entre 0,5 y 1,95 mg, bajo estrictos controles de calidad. La Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria apoya su uso, señalando su efectividad para reducir el tiempo necesario para dormir cuando se consume de manera adecuada.
AFEPADI concluye afirmando que la melatonina muestra un excelente perfil de seguridad dentro de las condiciones legales permitidas. Sin embargo, advierte que los complementos alimenticios no deben reemplazar los tratamientos médicos ni los hábitos de vida saludables, insistiendo en su uso responsable.
La presidenta de AFEPADI, Mónica Gispert, tranquiliza a la población indicando que el estudio estadounidense no prueba que la melatonina cause daño cardiovascular. Subraya la importancia de no dejarse influir por titulares alarmistas y de valorar la ciencia con rigor, destacando que la evidencia actual apoya el uso seguro de la melatonina en las dosis permitidas en Europa.
