El incendio en Tres Cantos ha dejado un rastro devastador en la selecta urbanización de Soto de Viñuelas, donde al menos una vivienda ha quedado completamente destruida y otras cinco han sufrido daños significativos. La rápida propagación del fuego, impulsada por ráfagas de viento de más de 70 km/h, tomó por sorpresa a los residentes. Adela Santamarina, habitante del lugar, relató el pánico que vivió al intentar proteger su hogar del avance de las llamas, que alcanzaron el seto de su jardín. Aunque las llamas no entraron en su casa, las estructuras externas sufrieron daños considerables. Según las autoridades locales, aún se espera la evaluación oficial de los daños por parte de las aseguradoras.
En la calle contigua, Ignacio García se enfrenta a la ardua tarea de limpiar su porche cubierto de cenizas, mientras observa los restos calcinados de dos coches frente a su casa. La rápida combustión, atribuida a los setos de arizónicas, resultó en daños severos a todas las infraestructuras del jardín. Frente a su hogar, un chalet, que solía ser un lugar de encuentro familiar, ha quedado reducido a una estructura de ladrillo. Los residentes afectados deben ahora enfrentar la complicada burocracia de las compañías de seguros, aunque el Ayuntamiento ha ofrecido asistencia administrativa y psicológica, servicios que aún no han sido solicitados. Thierry Maliniak se encuentra lidiando con la pérdida de su vehículo, sumido en gestiones para trasladarlo a un taller, mientras intenta sobrellevar el caos que dejó el incendio.
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