Según fuentes de Cibeles, se está intensificando el hostigamiento hacia las personas que residen en el aeropuerto. Las medidas incluyen un refuerzo en los controles de acceso, restricciones en el paso, retirada de bancos y la desactivación de enchufes, buscando limitar su permanencia en el lugar. Estas acciones forman parte de una estrategia más amplia para abordar la creciente presencia de individuos que utilizan el aeropuerto como refugio temporal, debido a la falta de alternativas habitacionales adecuadas.
Las organizaciones sociales han manifestado su preocupación por las consecuencias que estas medidas pueden tener en las personas afectadas, destacando su vulnerabilidad y la necesidad de soluciones más humanas y efectivas. Instan a las autoridades a reconsiderar estas políticas, sugiriendo el desarrollo de alternativas que combinen la seguridad con la protección de los derechos de las personas sin hogar. Mientras tanto, la situación continúa generando debate sobre la gestión de espacios públicos y la responsabilidad hacia los más desfavorecidos.
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