El router es un elemento indispensable para asegurar una conexión a Internet estable en casa. Aunque comúnmente se coloca cerca del televisor, expertos recomiendan ubicarlo en una posición central de la vivienda para optimizar la cobertura en todas las habitaciones. Además, es crucial seguir ciertas recomendaciones para mejorar la señal del WiFi, como utilizar conexiones USB poco conocidas que pueden incrementar la velocidad y estabilidad. Sin embargo, la antigüedad del dispositivo puede ser un inconveniente no solo para el rendimiento, sino también para la seguridad, exponiéndolo a ciberataques, como se ha destacado en el caso reciente de los routers de D-Link. La empresa ha alertado sobre vulnerabilidades críticas en varios de sus modelos más antiguos, recomendando su reemplazo inmediato debido al fin de soporte técnico y la falta de actualizaciones de software y parches de seguridad.
Ante los riesgos de seguridad, no es necesario ser un experto en hacking para vulnerar redes WiFi, ya que múltiples guías están al alcance de todos en Internet. En consecuencia, tanto usuarios particulares como empresas deben adoptar medidas esenciales para proteger sus conexiones. Entre estas acciones destacan realizar copias de seguridad, reiniciar el router a sus valores de fábrica, actualizar el software periódicamente y configurar adecuadamente las credenciales de acceso. Otra medida preventiva es desconectar el WiFi cuando no esté en uso y asegurar actualizaciones automáticas de programas para corregir fallos de seguridad de inmediato. Además, es importante desactivar el mecanismo WPS, reduciendo así las posibilidades de que cibercriminales logren acceder a la red.
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