El aceite de oliva, protagonista de un alza constante en los precios, también enfrenta rechazo por la aparición de grumos o bolas blanquecinas que generan dudas sobre su estado. No obstante, expertos desmienten que este fenómeno indique deterioro. Miguel A. Lurueña, doctor en Ciencia y Tecnología de Alimentos, explica que estos grumos se forman por la solidificación de algunos triglicéridos a bajas temperaturas, sin afectar la calidad del producto. Laura Sandúa, gerente de Aceites Sandúa, afirma que el aceite, al congelarse, no pierde sus propiedades y basta con aumentar la temperatura para revertir su estado líquido.
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