Raphaël Graven, conocido en internet como Jean Pormanove, falleció tras un polémico maratón de streaming en la plataforma Kick, que emitía situaciones de abuso entre streamers. En un conmovedor mensaje a su madre, Graven, de 46 años, expresó su desesperación y deseo de abandonar el evento que ya duraba 10 días. El streamer fue encontrado inconsciente durante la transmisión en vivo, y su fallecimiento ha llevado a la justicia francesa a iniciar una investigación y ordenar una autopsia. Este trágico incidente pone de manifiesto la peligrosa tendencia de contenidos extremos en plataformas de transmisión en vivo, alimentada por una audiencia ávida de situaciones cada vez más sádicas.
El canal de Graven era uno de los más populares en Kick, una plataforma conocida por su política laxa de moderación. Tras su muerte, Kick eliminó su cuenta y las de otros involucrados. Esta tragedia no solo refleja un preocupante fenómeno de deshumanización en redes, sino también el preocupante auge de plataformas que permiten la proliferación de contenidos violentos. Paralelamente, otros casos notorios como el de Simón Pérez y Silvia Charro en España también ilustran la creciente autodestrucción motivada por la exposición en redes. El funeral de Graven ha generado solidaridad en la comunidad de streamers y plantea un urgente debate sobre los límites y responsabilidades en la era del contenido digital.
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