En Meiro, un pequeño pueblo en Bueu, Pontevedra, la comunidad se unió con un objetivo singular: rescatar el casi extinto maíz negro conocido como millo corvo. Considerado un símbolo de resistencia, este maíz, introducido en Galicia en el siglo XVII, había sido desplazado por variedades híbridas más productivas en el siglo XX. Sin embargo, la Asociación Cultural de Meiro, fundada en 1997, revivió esta tradición al recopilar semillas de aldeas cercanas, preservadas por familias locales. El éxito del proyecto llevó a la creación de la Fiesta del Millo Corvo, una celebración anual que no solo destaca la riqueza cultural del maíz, sino que también ofrece un vistazo a las prácticas agrícolas tradicionales.
La recuperación del millo corvo no solo representa una reconexión con el pasado, sino también una respuesta a las preocupaciones modernas sobre la salud y la sustentabilidad. Este maíz se destaca por su alto contenido de antocianinas, aportando beneficios antioxidantes y siendo apto para celíacos, según un estudio del CSIC. En el ámbito culinario, chefs destacados como Lucía Freitas y Javier Olleros han incorporado el millo corvo en sus menús, resaltando su valor nutricional y cultural. Así, más que un simple esfuerzo de conservación, el renacimiento del millo corvo se convierte en una historia de resistencia, memoria y revitalización gastronómica en Galicia.
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