Un fotógrafo italiano que sufría de amiloidosis, una rara y debilitante enfermedad, falleció recientemente, dejando un legado significativo en el mundo de la fotografía. La amiloidosis, que afecta a una cantidad limitada de personas a nivel mundial, es un trastorno en el que se acumulan proteínas anormales en distintos órganos del cuerpo, causando un deterioro progresivo en su funcionamiento. Esta condición, actualmente incurable, había afectado su salud en los últimos años, pero no logró apagar su pasión y dedicación hacia la fotografía, permitiéndole seguir activo en su trabajo hasta el final de su vida.
A lo largo de su carrera, el fotógrafo italiano se distinguió por su capacidad para capturar la esencia de sus sujetos, inmortalizando momentos únicos a través de su lente. Su obra se ha exhibido en galerías de todo el mundo, recibiendo elogios tanto de críticos como del público en general. A pesar de las limitaciones impuestas por su enfermedad, su espíritu resiliente y su amor por el arte continuaron guiándolo. Su fallecimiento marca el fin de una era para quienes admiraban su trabajo, dejando una huella imborrable en el panorama cultural y artístico.
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