Burt, un imponente cocodrilo de más de cinco metros de largo y con un peso que superaba los 700 kilos, ha capturado la atención de medios y curiosos por igual. Su impresionante tamaño lo convirtió en una atracción destacada en el zoológico donde residía. Los visitantes quedaban asombrados ante su presencia, siendo uno de los ejemplares más grandes de su especie en cautiverio. Su alimentación y cuidados eran particularmente detallados, considerando sus dimensiones, lo que requería de un equipo bien preparado para asegurar su bienestar.
Este reptil no sólo era conocido por sus características físicas, sino también por su longevidad y la habilidad que tenía para interactuar con sus cuidadores de manera relativamente calmada, un comportamiento destacable dadas las naturales agresivas de estos animales. Sin embargo, Burt se convirtió en un símbolo del impacto del hombre en la vida silvestre, representando la dualidad entre la fascinación que estas criaturas ejercen sobre el público y las complejidades de mantener a tales animales fuera de su hábitat natural. Su historia resalta la importancia de la conservación en espacios seguros que puedan reproducir, en lo posible, sus entornos naturales.
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