La fiscal delegada antidroga de la provincia de Cádiz y Ceuta, Ana Villagómez, ha expresado su preocupación ante el aumento de la entrada de cocaína en Europa, especialmente a través de puertos españoles. Según Villagómez, se está experimentando una «superproducción» en los países de origen, como Colombia, Bolivia y Perú, lo que ha llevado a un incremento del tráfico de grandes cantidades de droga hacia el continente europeo. La fiscal alerta que las actuales leyes para combatir estas organizaciones criminales son «muy obsoletas», y señala la necesidad de una reforma integral que agilice los procedimientos judiciales, ya que, según afirma, los procesos actuales se alargan debido a la posibilidad de las defensas de recurrir numerosas decisiones. Esta situación se ve reflejada en procedimientos judiciales que pueden durar años, lo cual no es efectivo para abordar casos tan complejos como estos.
El tráfico de hachís, por otro lado, sigue utilizando las mismas rutas tradicionales, especialmente en la costa de Andalucía y el Campo de Gibraltar, aunque el uso de narcolanchas ha hecho el fenómeno más visible en los últimos años. La entrada de cocaína, sin embargo, utiliza las mismas vías que el hachís, con la adición de rutas marítimas desde Sudamérica. La fiscal también describe cómo el apoyo social a las actividades de narcotráfico en regiones de Cádiz y Málaga es una realidad preocupante debido al «dinero goloso y fácil» que atrae a parte de la población. Las complejidades del problema se ven exacerbadas por la existencia de clanes familiares dedicados a estas actividades, que siguen operando incluso tras condenas judiciales gracias a largos tiempos de espera para los juicios, lo cual contribuye a un entorno donde la denuncia es difícil por el miedo a represalias, si bien existen denuncias anónimas que impulsan investigaciones.
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