Adán Augusto López reapareció el domingo en el Consejo Nacional de Morena en Ciudad de México, tras días de ausencia pública provocados por el escándalo relacionado con su exsecretario de Seguridad, Hernán Bermúdez, acusado de liderar un cártel criminal. Vestido de camisa blanca y chaleco guinda, López se enfrentó a una avalancha de periodistas, acusando de «politiquería» a quienes buscan vincularlo con la trama de narcotráfico. Aseguró estar a disposición de las autoridades y destacó los cambios favorables en seguridad que, según él, se implementaron en Tabasco durante su gestión como gobernador. Sin embargo, su figura permanece en el ojo del huracán, especialmente ante las órdenes de captura contra Bermúdez que persisten desde hace meses.
El regreso de López al escenario político ha generado variadas reacciones dentro del partido, siendo recibido con gritos de apoyo por parte de los militantes de Morena. La presidenta Claudia Sheinbaum inicialmente restó importancia a la implicación de López, pero luego exigió una aclaración de su parte. La controversia ya está afectando la imagen del movimiento obradorista, el cual se ha definido por su lucha contra la corrupción y el narcotráfico. Las próximas elecciones intermedias de 2027 están en juego y las miradas se tornan hacia Sheinbaum, quien podría usar esta crisis para fortalecer su liderazgo. El caso Adán Augusto se perfila como un momento crítico para Morena, presentando un desafío a la promesa de renovación política del partido.
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