David Racero, un congresista clave del movimiento político petrismo en Colombia, se encuentra en el centro de un escándalo tras la revelación de audios y chats que sugieren prácticas de clientelismo y explotación laboral. Las grabaciones, presentadas por el columnista Daniel Coronell, muestran a Racero, antiguo presidente de la Cámara de Representantes, ofreciendo condiciones laborales por debajo de los estándares legales. En un audio, se le escucha ofrecer un puesto de cajera con jornadas de 78 horas semanales, sin prestaciones sociales, por un salario mínimo, lo cual contraviene las normativas laborales vigentes en el país. A su vez, se le vincula con un intento de manipular nombramientos dentro del Servicio Nacional de Aprendizaje (SENA) para beneficiar a allegados políticos.
El escándalo surge en un momento particularmente sensible para el gobierno de Gustavo Petro, que intenta impulsar su reforma laboral. Racero ha sido un defensor visible de esta iniciativa, criticando la resistencia de los congresistas a mejorar los derechos laborales. Sin embargo, las acusaciones amenazan con socavar su credibilidad y la legitimidad de sus esfuerzos reformistas. En respuesta a las denuncias, Racero emitió un comunicado expresando preocupación por las filtraciones de sus conversaciones privadas y sugiriendo que son intentos de desviar la atención de la reforma. Mientras tanto, la Procuraduría ha anunciado una indagación previa sobre el legislador, intensificando así la atención sobre posibles prácticas indebidas. Desde el gobierno, el Ministro del Trabajo, Antonio Sanguino, ha prometido investigar las acusaciones de explotación laboral, enfatizando la necesidad de superar estas prácticas con la reforma en curso.
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