Bárbara Rey regresó al plató de Telecinco para abordar la controversia desatada tras su reciente confesión sobre su relación con el rey emérito Juan Carlos I. Esta vez, la actriz aprovechó la plataforma televisiva para esclarecer la complicada relación con su hijo, Ángel Cristo. En sus declaraciones, Rey mostró su descontento con el trato recibido por los colaboradores durante la emisión de su entrevista anterior, tachando de injustas algunas intervenciones. Además, denunció haber sido víctima de ataques desagradables y calumnias, particularmente de parte de Ángela Portero, a quien respondió de manera sarcástica, subrayando la facilidad con que se hacen estas críticas desde un plató.
Rey no se limitó a señalar a Portero, sino que también cuestionó a otros colaboradores como Alessandro Lecquio y Sandra Aladro. A Lecquio le recriminó el tono altisonante, afirmando que «no por más gritar, va a llevar más la razón». En cuanto a Aladro, la crítica fue dirigida hacia el tratamiento que se da a personas sin poder ni dinero en comparación con aquellas que sí lo tienen. Bárbara concluyó su intervención afirmando que no se considera a sí misma como una víctima, a pesar de haber sufrido a manos de varios hombres, incluido su propio hijo y su exmarido, remarcando que ser víctima no implica adoptar una actitud victimista.
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