En la sesión plenaria de la Asamblea de Madrid, la presidenta Isabel Díaz Ayuso compartió una emotiva carta de un ciudadano, identificado como Raúl, cuyo padre falleció a los 91 años en una residencia durante la pandemia de Covid-19. La misiva, cargada de dolor y descontento, acusaba al Grupo Parlamentario Más Madrid de utilizar la memoria de los fallecidos con fines electorales, calificándolos de «mercenarios» y «una secta carente de moralidad ética». Raúl expresó su indignación ante lo que percibe como una manipulación de los datos de fallecimientos, exigiendo que no incluyan a su padre entre las cifras públicas, pues considera que él recibió la atención necesaria y murió en paz. La lectura de Ayuso, destinada a las oposiciones de Más Madrid en el pleno, provocó una fuerte reacción: mientras los grupos del PSOE y Más Madrid criticaron el gesto, el Grupo Parlamentario Popular respondió con aplausos.
Este incidente tiene lugar en un contexto de tensas relaciones políticas y legales. El Tribunal Supremo archivó recientemente una denuncia contra Ayuso relacionadas con la gestión de las residencias durante la pandemia, siendo esta la 22ª denuncia desestimada en su contra. Las acusaciones iniciales incluían supuestos delitos de homicidio imprudente y omisión del deber de socorro. Sin embargo, el tribunal argumentó que las muertes no podían vincularse concretamente a medidas específicas impartidas por la presidenta y recordó que altos índices de mortalidad se experimentaron en residencias de toda España. Más Madrid y el PSOE han mantenido críticas contundentes hacia la gestión de Ayuso durante los momentos más críticos de la pandemia, lo que ha intensificado las divisiones políticas en la Comunidad de Madrid.
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