La vicepresidenta de Colombia, Francia Márquez, se encuentra en el centro de la polémica tras el manejo de denuncias de acoso sexual presentadas contra Jhon Ruiz, su jefe de seguridad, por parte de dos integrantes de su esquema de seguridad. La controversia surgió luego de que la revista «Semana» revelara que Márquez organizó una reunión que enfrentó cara a cara al acusado y a las denunciantes, una acción que contraviene los protocolos establecidos para tratar este tipo de situaciones. Aunque la vicepresidenta ha sido crítica con el presidente Gustavo Petro por nombramientos controvertidos, ahora enfrenta críticas por su propia gestión ante estas denuncias. Tras las revelaciones, Márquez confirmó que le solicitó la renuncia a Ruiz y asegura haber proporcionado orientación y apoyo legal a las presuntas víctimas para evitar la revictimización.
El caso ha desatado un intenso debate sobre la adecuada gestión de las denuncias de violencia de género y el nivel de rigor con el que se analizan las acciones de la vicepresidenta. Márquez ya había sido criticada por la designación de Ruiz, un coronel en retiro que asumió el rol de jefe de seguridad, un puesto que habitualmente ocupa un oficial en funciones de la Policía. Este episodio se suma a las dificultades que la vicepresidencia enfrenta, particularmente en un contexto en el que la violencia de género se ha intensificado en el país. Ruiz, por su parte, ha defendido su inocencia señalando que las acusaciones son parte de un complot para removerlo del cargo. Mientras tanto, Márquez deberá designar un nuevo jefe de seguridad y enfrentar las críticas hacia su gestión en materia de derechos de las mujeres.
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