Las negociaciones para resolver el conflicto se intensificaron el sábado por la noche, cuando las partes encontraron puntos comunes. La gravedad de la situación ha obligado a las partes implicadas a acelerar sus esfuerzos, impulsados por la urgencia de lograr un acuerdo en las próximas horas. Los representantes de ambos lados han mantenido discusiones detalladas para superar las diferencias, buscando evitar consecuencias desfavorables para la comunidad afectada.
La ciudad ha estado en vilo, mientras los líderes trabajan contrarreloj para encontrar una solución viable. Las negociaciones han sido descritas como tensas pero productivas, con un enfoque claro en la resolución rápida del conflicto. La expectativa es alta, con la comunidad esperando un anuncio inminente sobre el desenlace de las conversaciones y con esperanzas de que se logre restablecer la normalidad lo antes posible.
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