La empresa ha decidido reducir en 26 el número de bajas de trabajadores inicialmente previsto, en un intento de minimizar el impacto social de su plan de reestructuración. Este ajuste responde a negociaciones internas y a la búsqueda de alternativas menos drásticas que permitan mantener el empleo y la cohesión dentro de la compañía. La medida se alinea con un enfoque más flexible y dialogante que busca equilibrar la difícil coyuntura económica con el bienestar de su plantilla.
Asimismo, se han planteado indemnizaciones para aquellos empleados que opten por acogerse a despidos voluntarios. Este mecanismo tiene el objetivo de incentivar salidas negociadas y evitar conflictos laborales, ofreciendo una compensación justa a los trabajadores afectados. La propuesta busca también agilizar el proceso de reorganización y asegurar una transición más suave y justa para el personal y la empresa en su conjunto.
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