En un esfuerzo por combatir el cambio climático, más de 100 países han acordado implementar, a partir de 2027, estrictas regulaciones para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en el transporte marítimo internacional. Este preacuerdo, establecido durante la última reunión de la Organización Marítima Internacional (OMI) en Londres, busca estandarizar a nivel mundial normas similares a las ya existentes en la Unión Europea (UE). Se espera que todos los buques de más de 5.000 toneladas brutas, responsables del 85% de las emisiones de CO2 en el transporte marítimo, reduzcan el uso de combustibles fósiles. Aquellos que excedan sus límites deberán participar en esquemas de compensación, comprando derechos de emisión a través de un nuevo Fondo Net-Zero. Esta medida también tiene la intención de apoyar la innovación y la descarbonización en países en desarrollo, mientras se mitigan posibles impactos negativos en naciones vulnerables.
El acuerdo ha sido particularmente bien recibido en España, que ha estado abogando en la Unión Europea por un enfoque global para las emisiones marítimas. El nuevo sistema ayudará a evitar la fuga de compañías navieras a puertos fuera de la UE, como sucedió con Maersk, que desvió operaciones del puerto español de Algeciras al marroquí de Tánger para evitar los cargos por emisiones. El Ministerio de Transportes de España enhorabuena lo que considera un acuerdo histórico, subrayando la importancia de una regulación unificada para fortalecer la competitividad del sector a nivel global. Mientras tanto, la presión en Europa por ofrecer exenciones a regiones como las Islas Canarias continúa, tratando de balancear la aplicación de estas regulaciones con la equidad económica regional.
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