Alemania se prepara para unas elecciones anticipadas el próximo 23 de febrero, tras un acuerdo alcanzado por los líderes socialdemócratas y democristianos en el Bundestag, concluyendo así un periodo de incertidumbre sobre la fecha electoral. Esta situación surge tras la destitución del ministro de Finanzas, Christian Lindner, por el canciller Olaf Scholz, lo que provocó la ruptura de la coalición de gobierno varios meses antes de finalizar el mandato legislativo. Con la pérdida de su mayoría parlamentaria, Scholz planea presentar una moción de confianza el 16 de diciembre, un movimiento que probablemente conducirá a la disolución anticipada del Parlamento.
Este ajuste en el calendario político marca un compromiso entre Scholz, quien inicialmente propuso la moción para el 15 de enero con vistas a elecciones en marzo, y sus adversarios democristianos, liderados por Friedrich Merz, que preferían elecciones en enero. La intervención del presidente Frank-Walter Steinmeier será crucial, ya que debe ratificar la disolución del Parlamento. El proceso electoral anticipado reemplaza a los comicios originalmente programados para el 28 de septiembre, subrayando la tensión política que se vive en el país tras la ruptura de la coalición gobernante.
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