Donald Trump ha recibido en el Despacho Oval a los líderes de Armenia y Azerbaiyán para firmar un histórico acuerdo de paz mediado por Estados Unidos, con el objetivo de finalizar un conflicto territorial de casi cuatro décadas en el Cáucaso. La Casa Blanca ha afirmado que este pacto pone fin a tensiones arraigadas y marca el comienzo de un nuevo capítulo en la región, destacando la erosión de la influencia rusa, que había sido el mediador tradicional. Trump, al enfatizar el impacto global del acuerdo, ha manifestado sus aspiraciones al Nobel de la Paz. Además, se han firmado acuerdos económicos bilaterales con ambos países, con la esperanza de fortalecer la influencia estadounidense y fomentar la prosperidad regional.
El acuerdo incluye la creación de un corredor llamado «ruta Trump para la paz y la prosperidad internacional» (TRIPP), que conectará Azerbaiyán con su enclave de Najicheván a través de Armenia, bajo el desarrollo económico de EE. UU. Aunque Rusia había expresado preocupación por el corredor, el nuevo enfoque busca la prosperidad comercial como garante de la paz. El entendimiento prevé la salida de ambas naciones del Grupo Minsk de la OSCE, que fracasó en resolver el conflicto de Nagorno Karabaj. A pesar del optimismo, persisten desafíos como las demandas territoriales y la liberación de prisioneros, así como la demarcación fronteriza. Washington también espera que este acuerdo impulse la normalización de relaciones entre Turquía y Armenia.
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