En un esfuerzo por entender y mejorar el acceso a los servicios de salud para las personas trans y/o no binarias, el Instituto de Salud Carlos III (ISCIII) presentó el estudio Transaludes este martes en el Ministerio de Sanidad de Madrid. La investigación, liderada por María José Belza, representa el primer análisis a nivel nacional sobre el estado de salud de este colectivo en España.
Transaludes, financiado por el Plan Nacional sobre Drogas y el Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades a través del ISCIII, busca abordar una notable falta de datos y conocimiento sobre las necesidades particulares de salud del colectivo LGBTIQA+. «En España, hay poca información que permita cuantificar a nivel nacional el estado de salud y las dificultades que enfrentan las personas trans y/o no binarias al recibir servicios de salud adecuados», explicó Belza durante la presentación.
El informe revela que aproximadamente el 40% de los participantes en el estudio sienten que los profesionales de salud carecen de preparación para atender a la comunidad trans y no binaria. Más alarmante es que una de cada 10 personas encuestadas mencionó que los profesionales de salud a menudo consideran que ser trans o no binario es una enfermedad. Estos datos reflejan un desencuentro significativo entre las necesidades del colectivo y las capacidades del sistema de salud.
Transaludes también destaca problemas profundos de salud mental dentro del colectivo, impulsados por la discriminación estructural y la violencia sistemática. Los niveles de depresión y ansiedad rondan niveles críticos, y los pensamientos autolíticos son alarmantemente elevados, en especial entre los jóvenes. Más aún, más de la mitad de las personas encuestadas señalaron impedimentos económicos como una barrera para recibir atención psicológica necesaria.
El informe pone en evidencia el impacto de la violencia tránsfoba y la discriminación, con casi la totalidad de los participantes habiendo experimentado algún tipo de violencia por su identidad de género, y casi la mitad reportando haber sido agredidas físicamente. Estas experiencias contribuyen a deteriorar significativamente la salud mental de la población en cuestión.
Belza enfatiza la importancia de despatologizar la identidad de género, viéndola como una diversidad humana normal y no como un trastorno. Además, subraya cómo las experiencias de discriminación impactan dramáticamente la salud mental, sugiriendo la necesidad urgente de integrar un enfoque incluyente en las prácticas de salud.
A pesar de su relevancia y tamaño muestral, Transaludes enfrenta limitaciones, incluida una representación insuficiente de personas mayores de 50 años y posibles exclusiones relacionadas con la brecha digital, dado que el estudio se realizó en línea. Estos desafíos indican áreas potenciales de mejora en futuros estudios.
La presentación del informe contó con la participación de destacadas figuras del ámbito sanitario y político, entre ellas Julia del Amo, directora de la División de VIH del Ministerio de Sanidad, y Alberto Martín, coordinador de Derechos LGTBI en el Ministerio de Igualdad. El estudio apunta a ser un hito en la mejora de los servicios sociosanitarios para las personas trans y/o no binarias en España, llamando a una acción coordinada para enfrentar la discriminación y mejorar la capacitación del personal sanitario para atender de manera digna y respetuosa a este colectivo.
Fuente: Ministerio de Sanidad