En la Conferencia de Seguridad de Múnich, que comienza este viernes, el enfoque principal será el futuro de Gaza y la seguridad en Oriente Próximo, en medio de la controversia generada por el plan del presidente de EE. UU., Donald Trump, que propone expulsar a los gazatíes hacia Egipto y Jordania. Los ministros de Exteriores de esos dos países, Badr Abdelaty de Egipto y Ayman al Safadi de Jordania, expondrán sus perspectivas respecto al futuro de la franja palestina devastada por la guerra con Israel, que ha dejado más de 48,000 muertos en los últimos 15 meses. Durante el evento y en reuniones bilaterales, discutirán los logros y desafíos regionales e internacionales, con un marcado interés en preservar la paz y la seguridad tanto en Oriente Próximo como a nivel global; según diversas fuentes, el destino de Gaza es considerado crucial en este contexto.
Ambos países, respaldados por la Liga Árabe y Estados islámicos, condenan el plan de Trump, que plantea reconstruir la zona bajo control estadounidense, catalogándolo como una amenaza a la paz mundial e identificando la propuesta como un crimen potencial contra la humanidad, según Naciones Unidas. Los líderes egipcio y jordano enfatizan que la propuesta representa una liquidación de la causa palestina y un obstáculo a la solución de «dos Estados». Egipto ha anunciado una iniciativa alternativa que busca la reconstrucción de Gaza sin desplazar a sus habitantes, instando a la colaboración de Naciones Unidas, la Unión Europea y los países árabes del golfo Pérsico. Además, El Cairo ha convocado una cumbre árabe extraordinaria y una reunión ministerial de la Organización de la Conferencia Islámica para discutir el tema en profundidad. El ministro egipcio de Exteriores, en su rol de mediador clave entre Israel y Hamás, ha intensificado su campaña diplomática para articular la postura árabe, mientras su homólogo jordano se alista para participar en el panel de Múnich sobre la paz en la región, junto a representantes europeos.
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