Madrid, 18 de julio de 2025.- Un estudio reciente titulado «Monografía sobre Cannabis 2025: Consumo y Consecuencias», publicado por el Ministerio de Sanidad a través de la Delegación del Gobierno para el Plan Nacional sobre Drogas, revela tendencias significativas en el consumo de cannabis en España. El documento examina tanto los patrones de uso como los impactos sanitarios y sociales.
Uno de los aspectos más destacados del informe es la notable disminución del consumo de cannabis entre adolescentes. En 2004, el 25% de los estudiantes de secundaria entre 14 y 18 años había consumido cannabis en el último mes; sin embargo, en 2023, esta cifra descendió al 15%, representando una reducción del 40% en términos relativos. Este cambio podría deberse a una mayor concienciación sobre los efectos nocivos del cannabis, así como a las campañas de prevención y cambios en el entorno social.
El informe también señala que la aparición de nuevas sustancias psicoactivas y el desplazamiento hacia productos considerados menos nocivos podrían estar influyendo en los patrones de consumo juvenil.
En contraste, el consumo de cannabis entre adultos ha mostrado estabilidad. El 12% de la población entre 15 y 64 años reporta haber consumido cannabis en el último mes, con un ligero aumento en el consumo diario, que hoy se sitúa en un 2,5%.
A nivel asistencial, el cannabis supone una considerable carga para el sistema sanitario, presente en el 46,2% de las urgencias hospitalarias relacionadas con sustancias psicoactivas en 2022. Además, constituye el 27,4% de las admisiones a tratamiento por drogodependencias, sólo superado por la cocaína. En el caso de menores de 18 años, el 93,5% de los tratamientos por drogas ilegales son debido al cannabis.
Preocupa asimismo el incremento en la concentración del tetrahidrocannabinol (THC), el compuesto psicoactivo del cannabis, que en 2023 alcanzó el 29% en muestras de resina y el 12,6% en hierba, aumentando los riesgos de trastornos mentales y dependencia.
El informe advierte sobre nuevas formas de consumo, como los comestibles y e-líquidos, y la proliferación de cannabinoides sintéticos, cuya regulación resulta compleja.
Ante estos desafíos, el estudio concluye subrayando la necesidad de adoptar una respuesta integral e intersectorial, que incluya vigilancia epidemiológica, prevención basada en evidencia y refuerzo de las políticas públicas en salud y educación. El informe completo está disponible en la web del Plan Nacional sobre Drogas.
Fuente: Ministerio de Sanidad