Rusia ha intensificado sus acciones militares contra Ucrania con un nuevo ataque coordinado de drones y misiles de crucero, dirigido contra infraestructuras energéticas clave del país. El ataque, que se llevó a cabo en la madrugada, dejó al menos siete heridos y causó daños materiales significativos en varias regiones, según informaron fuentes ucranianas. En Poltava, dos personas resultaron heridas, mientras que en Járkov, un ataque provocó cinco heridos adicionales al impactar en una infraestructura civil. A raíz de estos eventos, la Fuerza Aérea ucraniana ha retirado la alerta de misiles y se encuentra tratando de mitigar los efectos de este último embate. Los drones rusos continúan moviéndose por diversos territorios, generando un clima de constante tensión e incertidumbre.
El ministro de Energía de Ucrania, Herman Galushchenko, describió la agresión como un acto de «terrorismo energético», subrayando que las infraestructuras energéticas y gasísticas han sido objeto de nuevos ataques. Las regiones afectadas se enfrentan ahora a la tarea de reparar los daños en medio del frío otoñal, mientras que en Ternópil, al oeste de Ucrania, se registró un impacto en una infraestructura industrial crítica. Las autoridades ucranias han anunciado que proporcionarán más detalles a lo largo del día, a medida que se evalúan las consecuencias de este ataque masivo. En este contexto de adversidad, los trabajadores del sector energético se apresuran para restaurar los servicios lo antes posible ante el riesgo de nuevas ofensivas.
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