En un despiadado ataque nocturno, al menos nueve personas perdieron la vida y más de 70 resultaron heridas en Kiev, la capital de Ucrania. El ataque, llevado a cabo por fuerzas rusas, incluyó el lanzamiento de drones y una combinación de misiles balísticos y guiados contra diferentes distritos de la ciudad. Según Igor Klimenko, ministro del Interior ucraniano, la situación es particularmente grave en el distrito de Sviatoshin, donde dos edificios residenciales sufrieron una destrucción parcial y múltiples incendios afectaron tanto a estructuras administrativas como a diversos inmuebles comerciales. El servicio de emergencias estatal reporta que 42 personas han sido hospitalizadas, incluyendo a seis menores, mientras continúan las labores de búsqueda de posibles sobrevivientes entre los escombros que dejaron los ataques.
El asalto a Kiev se enmarca en una serie de bombardeos que también afectaron a otras regiones del país, como Yitomir, Dnipropetrovsk y Járkov. Pese a ello, Kiev ha sido la más castigada por los ataques rusos. La desesperación se agudiza con la desaparición de dos menores, quienes aún no han sido localizados tras la tragedia. Mientras tanto, socorristas acompañados de perros de búsqueda continúan el arduo trabajo de remoer escombros en busca de señales de vida. El ataque ocurre en un contexto de tensión creciente, ya que Ucrania ha solicitado reiteradamente una tregua en el bombardeo de infraestructuras civiles, demanda que Rusia ha desestimado hasta ahora.
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