El polideportivo municipal de Villablino, en León, se ha convertido en el centro de condolencias y dolor, al albergar este martes la capilla ardiente de cuatro de los cinco mineros que fallecieron en la explosión ocurrida el lunes en la mina de Cerredo, ubicada en Asturias. Esta tragedia minera, la más grave en la región desde 1995, ha dejado además cuatro trabajadores heridos de gravedad. La devastación causada por el accidente ha sacudido no solo a las comunidades locales, sino también a toda la región minera. El quinto minero fallecido será despedido en Torre del Bierzo, también en León, donde familiares y amigos se reunirán para rendir homenaje a las víctimas de este fatídico evento.
La principal línea de investigación sobre el origen de la explosión se enfoca en un embolsamiento de gas grisú, una mezcla altamente inflamable compuesta en su mayoría por metano y presente en las minas de carbón. Las autoridades están investigando si hubo negligencia por parte de la compañía minera, que contaba con autorización únicamente para el análisis del mineral, con vistas a una futura explotación que aún no había sido aprobada. Este trágico incidente ha reavivado los debates sobre la seguridad en las explotaciones mineras y el cumplimiento de las regulaciones vigentes, en un sector que históricamente ha enfrentado riesgos inherentes y donde la seguridad debería ser una prioridad indiscutible.
Leer noticia completa en 20minutos.