El Parlamento israelí, la Knéset, ha aprobado una controvertida propuesta de ley que permite al Ministerio de Educación despedir sin compensación económica a profesores que expresen simpatía por la lucha armada contra el Estado de Israel. La legislación, respaldada por el partido Likud del primer ministro Benjamín Netanyahu y el ultranacionalista Poder Judío de Itamar Ben Gvir, faculta al ministro de Educación para expulsar académicos y recortar fondos a las instituciones relacionadas. Especialmente dirigida a docentes que apoyen o se identifiquen con “organizaciones terroristas” o actos calificados de terrorismo por el gobierno israelí, la normativa suscita preocupación al abarcar un amplio espectro de acciones, incluyendo ataques a civiles y militares israelíes por grupos palestinos en territorios como Jerusalén Este, Cisjordania y Gaza.
La medida, que recibió el respaldo de 55 parlamentarios frente a 45 votos en contra, persigue principalmente a las escuelas de Jerusalén Este, bajo el argumento de combatir la “incitación” y “glorificación de terroristas” que, según los legisladores, fomentan actitudes violentas entre los menores. Este año, la tensión en Jerusalén Este se ha cobrado al menos 15 vidas palestinas, incluidos ocho menores de edad. Críticos de la propuesta, entre ellos líderes de la oposición como Yair Lapid, advierten sobre los riesgos de que decisiones sobre qué constituye apoyo al terrorismo recaigan en funcionarios políticos en lugar de en el sistema judicial. Este contexto ha llevado a la detención de profesores, como el caso de Intisar Hiyazi de Nazaret, señalada por contenido publicado en redes sociales, quien fue liberada tras la polémica. La implementación de esta ley refleja un endurecimiento en las políticas educativas israelíes en el complejo entorno político del país.
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