La pensión de incapacidad permanente proporciona un alivio económico para quienes sufren enfermedades graves, listadas por la Seguridad Social, como artritis reumatoide, cáncer, cardiopatías y esclerosis múltiple, entre otras. Conocer el monto recibido y si se puede seguir trabajando es crucial para afrontar los cambios de vida necesarios. Sin embargo, la cuantía de estas pensiones, que ronda los 21.000 euros anuales sin cónyuge y 16.000 con cónyuge a cargo, resulta insuficiente para cubrir las necesidades de quienes requieren cuidados continuos. Es esencial buscar otras ayudas adicionales para sobrellevar el impacto económico y personal que conlleva una enfermedad incapacitante.
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