La industria mexicana se encuentra en alerta ante la entrada en vigor de un arancel del 25% que Estados Unidos ha impuesto sobre todas sus importaciones de acero y aluminio, incluidos los productos provenientes de México. Este movimiento, que forma parte de la política proteccionista del expresidente Donald Trump, ha causado preocupación entre los principales empresarios siderúrgicos del país. En un intento por contrarrestar el impacto, estos empresarios se reunieron recientemente con la presidenta Claudia Sheinbaum en Nuevo León, solicitando que se implementen tarifas recíprocas del 25% sobre las importaciones estadounidenses para, así, proteger la economía nacional. Durante este encuentro, organizado en el marco de la asamblea anual de la Cámara de la Industria de Transformación (Caintra), se discutieron las posibles consecuencias prolongadas de estas medidas y su afectación en las exportaciones mexicanas y la industria local.
A la reunión, además de empresarios, asistieron Altagracia Gómez, coordinadora del Consejo Asesor Empresarial, y Vidal Llerenas, subsecretario de Industria y Comercio. Las exportaciones de acero mexicano a Estados Unidos, valoradas en más de 6.500 millones de dólares anuales, se enfrentan a una pérdida potencial en caso de que las tarifas no sean revertidas. Washington, por su parte, tiene un balance favorable debido a sus exportaciones de acero hacia México, que alcanzan los 12.000 millones de dólares. Ante estos desafíos, el Gobierno de Sheinbaum ha prometido evaluar medidas para mitigar el impacto en la cadena de valor de la industria, explorando alternativas si Estados Unidos mantiene su postura arancelaria. La estrategia mexicana se centra en el diálogo y la búsqueda de soluciones que minimicen el daño económico, aunque la reciente implementación del arancel a las importaciones de acero ha puesto a prueba la capacidad de respuesta frente a las políticas estadounidenses.
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