Elektra, una de las principales empresas del conglomerado de Grupo Salinas, ha enfrentado un duro retorno a la cotización en la Bolsa Mexicana de Valores después de una suspensión que data de julio pasado. El valor de sus acciones experimentó un colapso de más del 70%, cayendo de 944,9 pesos a 274,2 pesos, lo que ha resultado en una pérdida de capitalización bursátil superior a 7.000 millones de dólares. Este desplome se produce tras el anuncio de la compañía, controlada en casi un 80% por el empresario Ricardo Salinas Pliego, de su intención de deslistarse y volver a ser una empresa privada, argumentando que la bolsa no refleja el verdadero valor de sus acciones ni beneficia a los accionistas. La Comisión Nacional Bancaria y de Valores ordenó la reanudación de las operaciones, un movimiento que Elektra califica de «daño irreparable».
El contexto detrás de esta decisión incluye varias razones estratégicas y legales. Elektra busca privatizarse para evitar la exposición y presión pública que implica ser una entidad cotizada, especialmente cuando enfrenta desafíos como una disputa fiscal prolongada con el gobierno mexicano y la competencia por los derechos de transmisión del próximo mundial de fútbol. Según Julián Fernández, de Ferdez Business Consulting, la medida podría resultar beneficiosa para Elektra al permitirle recomprar acciones más baratas. Entretanto, el grupo continúa expandiendo su red de operaciones, con más de 6.000 puntos de venta a nivel internacional. A pesar de las turbulencias, Elektra mantiene un nivel operativo normal y destaca un desempeño sólido hacia el cierre de 2024, según informes internos de la empresa.
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