Bruce Springsteen deslumbró este sábado en el Estadio Reale Arena de San Sebastián, iniciando sus dos presentaciones en España bajo un cielo que amenazaba lluvia, pero que decidió contenerse. Con 75 años, el legendario artista subió al escenario con su característico chaleco negro y mirada tranquila, seguro de la promesa que cada concierto representa desde su juventud. La noche arrancó con «No Surrender», parte de su gira «Land of Hope and Dreams Tour», donde la combinación de talento musical y mensajes políticos se unieron para crear una experiencia memorable.
Durante casi tres horas, Springsteen conectó profundamente con el público, empleando imágenes proyectadas y subtítulos para enfatizar sus críticas al contexto socio-político actual de Estados Unidos bajo la presidencia de Donald Trump. Canciones como «Rainmaker» y la potente «Chimes of Freedom» resonaron con fuerza entre los asistentes. El concierto se transformó en una fiesta con piezas icónicas como «Born in the USA» y «Dancing in the Dark», mientras el carismático Springsteen no dudó en interactuar con su audiencia, regalando momentos de cercanía genuina. A las 23:45, su despedida dejó un eco de esperanza y reivindicación entre los miles de fans que lo ovacionaron.
Leer noticia completa en El Pais.