En la Italia de los años 80, el fiscal Giuseppe Ayala y un grupo de valientes magistrados, liderados por Giovanni Falcone, se enfrentaron a la Cosa Nostra en un titánico esfuerzo por desmantelar sus redes de influencia. En el centro de esta lucha estuvo el maxiproceso, un juicio sin precedentes que logró la condena de 360 mafiosos y sentó en el banquillo a 475 acusados, determinando finalmente condenas que sumaron 2.665 años de cárcel. Ayala, quien vivió bajo constante amenaza y escolta durante años, narra esta épica confrontación en sus memorias «Quien tiene miedo muere a diario», detallando cómo el «método Falcone» revolucionó la investigación judicial en Italia, centrándose no sólo en los delitos sino también en seguir las pistas financieras más allá de las fronteras nacionales.
El desafío era inmenso y peligroso, y aunque se logró una victoria significativa sobre la mafia, las pérdidas fueron enormes. Falcone fue asesinado en un atentado en 1992, poco después del juicio, junto a otros magistrados, en actos que azotaron la estabilidad del país. A pesar del golpe al corazón de la Cosa Nostra, Ayala reconoce que la mafia sigue infiltrada en distintos sectores en Italia, aunque menos intensamente. Recientes redadas sugieren que la organización ha vuelto a la clandestinidad, pero ahora una nueva amenaza se levanta con la ‘Ndrangheta, la organización calabresa que ha tomado el relevo. Para Ayala, el crimen organizado aún es un juego de poder no resuelto, donde las verdaderas intenciones y lealtades entre las instituciones y el crimen siguen siendo complicadas de discernir.
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