Santiago Abascal parece estar capitalizando de manera eficaz su papel como líder de la oposición, atrayendo a un número significativo de antiguos votantes del Partido Popular a su partido. Este fenómeno se ha intensificado recientemente, alcanzando máximos históricos, en el contexto de un electorado que busca alternativas más alineadas con una postura dura y clara. A pesar de intentos de otras fuerzas políticas, como el giro migratorio de Alberto Núñez Feijóo, líder del PP, la tendencia de trasvase hacia la derecha no muestra signos de frenarse, desafiando las estrategias de retención de votantes del partido tradicional.
Por otro lado, esta dinámica de movimientos en el espectro político también muestra efectos secundarios. Aunque las posiciones reforzadas sobre la inmigración por parte de Feijóo han conseguido distanciar a antiguos votantes del PSOE, no han sido suficientes para detener el éxodo hacia Abascal. La situación refleja una complejidad creciente en el panorama electoral, con votantes que exploran nuevas opciones en busca de respuestas contundentes a temas clave, como la inmigración. Estos cambios evidencian un paisaje político cada vez más fragmentado y difícil de prever en futuras citas electorales.
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